martes, 10 de febrero de 2009

Multiorgásmica



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Y de pronto su rostro empezó a fruncirse como el papel aluminio en las manos de un obrero que termina su arepa. ¡Todo iba bien y súbitamente un susto! La salida, las cervecitas, las conversaciones, la idea del sexo casual. No comprendía esa repentina reacción de sus dientes apretándose uno sobre otro, sus ojos perdidos tal vez buscando mirar sus pensamientos, sus mejillas rojas e hinchadas y su respiración furiosa de rabipelado acorralado. Pero si venía preparando todo para huir y apenas empieza, no me facilites las ganas de salir corriendo con esa escena del exorcista. No hace falta, no ahora, la noche es joven y yo también. ¿Que pudo ser tan malo? No fui el master del kamasutra, pero tampoco un colibrí con un touch and go. Me dediqué al menos lo suficiente y no te estoy dando una paliza…
Ella sólo respondió: soy multiorgásmica.