-Está claro lo que dices con la mirada; ¿Acaso mis ojos no son igual de francos?.
-Voy a descorchar esta botella de vino y echemos unas suertes.
-¿Lo intentamos? - Dos de tres y salimos de dudas.
-Cerremos la puerta de atrás y la de enfrente, dejemos dentro lo queramos traer en el bolsillo de la camisa, las maletas fuera; y al brindar, me das tu hora y yo la mía. Ya nos sabemos los nombres completos y los cumpleaños, llenamos la forma e indagamos en los astros. - ¡Es gratis reírnos del destino!
De buen humor saboreamos el LIEBFRAUMILCH y nos permitimos no tomarnos muy en serio nada, fue una promesa de miradas.
-DESTINO. ¡Já! - ¿Cómo si hubiera habido uno?.
Hoy no importan las historias, las fronteras, los años ni los vuelos; hoy seremos lo que no fuimos, lo que nunca llegamos a ser. Por este sucinto instante nuestro destino es olvidar el destino. Navegar juntos esta burbuja en el raudal y disfrutar del viaje mientras la brevedad no se apure. Llevarnos de souvenir un "SECRETO".
