miércoles, 10 de octubre de 2007

Pasos


Después de enfocarme en aprender de nuevo a caminar; hoy puedo decir francamente, que fue necesario caer al suelo tantas veces para aprender a levantarme.
Hoy con renovadas fuerzas emprendo la vida, sin llorar ningún fracaso, celebro que finalmente se hacia donde guiar mis pasos...

miércoles, 4 de abril de 2007

Olor

I



Los frascos de especias,
sopas de sobre,
cacerolas,
cucharones huelen a mí.

Sábanas, toallas,
ganchos de ropa,
cobijas, almohadas,
rincones y espacios abiertos,
cortinas,
paredes, puertas y pasillos.

Discos de Arjona, Franco y Montaner.
El control remoto que falla,
Apagadores y lámparas,
la penumbra,
el agua templada de la regadera.
Las cervezas vienen con mi olor.

La playa y el barro,
fueron ya atomizadas de mi.
La soledad también.



II



Vine dejando mi rastro.
Ocupar este espacio,
deshacerme en aire.

Tendrás que respirarme
porque marqué tus labios con mi aroma.
Si traicionas sentirme
escogiendo la boca para evadir mi olor,
entonces el aire te sabrá a mí.



III



Al despertar,
me olerás en ti.
Al sudar me olerás en ti.
Cuando rías me olerás.
Cuando esperes.

Tu olor soy yo.



IV



Tus pulmones me reparten
fraccionado en cuotas a tu sangre.
Sembrándome en cada célula
te alimento de mí con mi perfume.
Te haré adicta viviendo en ti.
Así con olor te marco;
territorio al que pertenezco.
Y no habrá detergente que pueda
desterrarme de tus rincones
porque contra ti me deshice para ser tu aire,
porque me cerní en el aire para pertenecerte.

martes, 3 de abril de 2007

Encuentro




Y me arrojé a esos escalones bajando como quien tiene prisa. No sabía que iba a tu encuentro, no sabía que existías. De haberlo sabido habría traído un cartel con tu nombre, como en un aeropuerto, pero tampoco sabía tu nombre.
Allí te encontré al fondo de las escalinatas, en una playa que sin ti hubiera estado vacía.
La tenías repleta de una soledad que se asoleaba sin mucho orgullo, acompañada de una peculiar distraída tristeza. Yo, en cambio traía conmigo una soledad orgullosa, una tristeza domada y dos pequeños primos con ganas de llevarme a pescar. Toque la arena invadiendo la comodidad de quien no busca compañía y rompí el hielo con un hola tan espontáneo como un estornudo. Alzaste la mirada y se me revelaron tus ojos y entendí de pronto a tu soledad y a tu tristeza y sentí que ya te había conocido, desde siempre; y devolviste un hola como el que se le da a alguien querido que llega de sorpresa.

Ausencia




Cuando notes mi ausencia
quizá no me he rendido,
con el corazón dormido
habré partido hacia el olvido.

Cuando mi ausencia aparezca
ya no seré el mismo;
todo aquello que fui
lo encontrarás contigo.

Cuando mi ausencia te abrace
ya no tendrás mi abrazo,
ni mi tristeza, ni mi llanto;
que hoy viajan conmigo.

Cuando mi ausencia te atormente
-porque me has comparado-,
habré de estar tan lejos
que habrás de sentir que siempre,
me has extrañado.

Cuando mi ausencia te despierte,
podrás leer mis tantas despedidas,
te pertenecerán mis letras,
podrá sangrar la herida.

Cuando mi ausencia se vaya
me llevara consigo,
se escapará en las sombras,
te traicionará el olvido.

Cuando ya no mi ausencia,
sabrás que me he rendido,
mi corazón despierto
te habrá hecho olvido.

martes, 20 de marzo de 2007

Las Vidas Perdidas




Te amé y te quise.
Busqué en ti a toda mi vida,
y mi vida no la encontraba contigo
pues estaba perdida;
pero te fuiste.
Te fuiste no con las manos vacías.
Buscando a mi vida te hallé a ti,
y ahora tu te extraviaste con mi vida.
Te amo y te quiero,
también quiero conmigo mi vida.
¿Se habrá también perdido tu vida?
Si no la consigues,
revisa el bolsillo de mi camisa…

martes, 13 de marzo de 2007

Lección en Tránsito





De corazones confusos,
tiempos inconclusos,
tardías decisiones
y experiencias desbocadas,
los días marchan.

Cambian lunas y fechas,
dejan marcas y brechas,
atardece matiz melancolía,
amanece gama esperanza.

Dejar llover en lágrimas verano,
de inmensos espacios apretando soledades,
así en mi transito.

Del lote crispan voluntarios,
saciando sed vienen sedientos,
comparten tragos amargos,
clandestino festín de mercenarios.

Sobre amor se caen las caretas,
desnudas verdades se revelan,
olvidas la ley no permanente…

Lección en transito.

lunes, 12 de marzo de 2007

Silencio




Existen momentos de vida en los cuales nos es dificil escribir una palabra porque nuestras manos estan ocupadas sosteniéndonos evitando la caida, o simplemente están aprentando nuestro propio cuello...
Por eso hasta ahora, silencio...

viernes, 12 de enero de 2007

A tí





Lamentablemente comprendo el por qué de tu odio a juro y tus esporádicos ataques contra mí. Necesitas respuestas.

Necesitas respuestas y necesitas exorcizarte de mi recuerdo. No puedo reclamarte nada.

Decir que fui tu maestro en algunas cosas es una pretensión muy alta, pero en mi paso por tu vida era tácita la misión de que estuvieran presentes algunos aprendizajes. Y te digo esto no por vanidad, sino porque ya antes yo he sentido lo mismo.

El amor es una de las experiencias más gratas y plenas de la vida. En él se viven situaciones que no se podrían experimentar de otro modo; nuestro espacio de vida y nuestra propia soledad se convierten en espacios compartidos, donde se le adjudica a esa persona que amas una visa de paso libre por tu alma, tu mente y tu cuerpo. Cuando el amor es verdadero las huellas de ese transito se marcan con tinta indeleble y esas huellas no son solo recuerdos, sino también aprendizajes. Estas lecciones, como todo en la vida tienen su precio, y en algunas ocasiones se pagan con dolor, sufrimiento y sacrificio. Por eso el amor también es dolor y sufrimiento.

Absolutamente todas las cosas que vivimos, en mí se han marcado con tinta indeleble. No he pretendido ni un segundo suprimir alguna de esas huellas. Contigo aprendí lecciones de vida que no pudiera haberme enseñado nadie más, y en ese caso también fuiste mi maestra. Lamentablemente nuestros caminos tomaron rumbos diferentes y decir adiós fue una decisión compartida, porque se estaban deteriorando las cosas bellas, las risas, el respeto y buen trato, y porque la tristeza estaba invadiendo nuestras almas. Y despedirnos antes de hacernos un daño irreparable es una de esas tantas cosas por la cual el resto de mi vida puedo sentirme orgulloso de haber compartido contigo un trecho del camino.

Y así como conmigo te toco aprender del amor, también con esta despedida te tocó aprender del sufrimiento de una pérdida. Eso no es culpa de nadie, es parte de la vida misma que nos enseña a través de lo dulce y lo amargo. Pero hay lecciones más difíciles de aprender, y también quienes no pueden ver lo positivo o la lección oculta detrás del dolor. Y mi intención ha sido guiar esta situación hasta donde nuestras almas puedan llevarse de ella lo mejor, aún reconociendo que me he equivocado en algunas cosas. Por mi parte me llevo lo bueno y me libero de lo malo que es lastre, para que no pese en mi corazón. Pero el camino que has decidido recorrer con tu rencor solo va a terminar por intoxicarte, perdiendo lo bueno que aprendiste, lo bonito que viviste; va a terminar envenenando ese corazón puro que tanto estimo y admiro, empezando por buscar un culpable de tu dolor a quien odiar.

No puedo decir que no he conocido a nadie, ni que no he salido con alguien, porque estando solo puedo permitirme hacerlo sin más explicaciones. Sin embargo noto que quieres colgarte de cualquier excusa para romper el hilo que nos mantiene unidos, y ese vinculo quizá comprendas con el tiempo que a veces nunca se rompe, solo se estira; porque cuando se comparte tanto como nosotros compartimos, el vínculo se hace tan estrecho que parece que no existiera, parece que dos son uno. Y debo decirte que también yo me siento incompleto y triste, pero eso no significa que deba dejar de seguir adelante. Y si de algo te sirve saberlo, no busco amor, ni pretendo reemplazarte con nadie porque sinceramente pienso que eres irreemplazable.

Cometí un error terrible al buscar y dejar que pasáramos esos días juntos, porque sabía cual era el resultado de eso. Sabía que terminaríamos por hacernos daño, y estoy consciente que lo peor para ti no fueron esas cosas que vivimos, sino mi silencio. Y la respuesta a mi silencio es muy sencilla, no tenía algo que decir. También como para ti, fue una prueba para mí, para mí corazón; y ese corazón estaba como un observador, viviendo en silencio, y en silencio porque no tenía ni preguntas ni respuestas.

Quieres creer algunas malas cosas de mí porque eso te facilita el trabajo de olvidarte de todo, porque la decepción es un puente corto al desamor. Y no puedo decir que soy todo virtudes y bondades. Por el simple hecho de ser humano vine defectuoso, y porque estoy consciente de ello no trate de esconder esos defectos, los asumo y me hago responsable de mis errores; pero a ahí a que se multiplique en tamaño, se invente y se exagere hay un trecho largo, y no voy a decirte lo que quieres escuchar siendo una mentira ni voy a reconocer situaciones falsas. Pero si eso te hace sentir mejor, con mi silencio de doy la libertad de creer.