jueves, 29 de mayo de 2014

Tés

No hay una sonrisa que pueda extinguir de mi rostro mientras te miro descubriendo la mujer que eres y la que has dejado de ser.

Esa acuciosa mirada mía no necesita dar explicaciones, sólo necesita un poco de tiempo para que notes que aún está brillando. Tú intentas conversar, sofocando el nerviosismo de este nuevo encuentro, mientras de un lado a otro buscas incorporar las piezas para armar un par de tés; una astucia dilatoria que te guarda de acercarte demasiado.

Entretanto, se acaban las palabras y el tiempo se diluye en el silencio.

No hay comentarios.: