viernes, 8 de diciembre de 2006

Criogenia




He intentado congelarme tantas veces
que conozco a todos los habitantes árticos
por nombre y apellido,
parentescos y talla de calzado.

Tantas veces,
Que podría nadar en nitrógeno
con el día nublado.

Tantas,
que la anestesia es un remedio pediátrico,
el dormir me da claustrofobia
y cualquier bebida alcohólica es antiséptico.
Uso lentes oscuros nocturnos,
huyo de toda muestra de cariño
y de mi coágulo no puede chupar un zancudo.

Mi deseo de no sentirte es tan fuerte
que lo he intentado todo,
de formas tan creativas
que pudiera ser el padre de la criogenia.

Sentirte sin tenerte es tan terrible
como una incertidumbre eterna,
una gravedad aplastante,
una soledad oscura.
Tan terrible,
que después de lograr no sentirte
podría morir ya estando muerto.



1 comentario:

Mayte dijo...

wow, acabo de toparme con tu escrito por mera casualidad despues de ya varios años, al parecer tu escrito si se perservo bien... y llego hasta mi el dia hoy, pero espero que ese sentimiento que te orillo a escribirlo ya se haya descongelado y q gracias a la nanotecnologia no se haya muerto entre cristales que alguna vez perforron tu sangre al intentar conservarla...creo q tu entiendes a que me refiero...soy curiosa quisiera saber la respuesta, mayte.cv@hotmail.com, por si quieres compartirla alguna vez.... nos estamos viendo (eso espero)